Si tienes un horno de leña y no sabes cómo sacarle todo el provecho, aquí te comparto algunos consejos basados en mi experiencia en la cocina. ¡Espero que te sirvan!

Primero, hablemos del fuego. Normalmente lo enciendo cerca de la entrada del horno, ya que es más fácil manejarlo desde ahí. Luego, voy rotándolo poco a poco alrededor de la cúpula para que el calor se distribuya de manera uniforme.

El truco está en entender que tu horno puede tener varias funciones dependiendo de cómo lo uses. Por ejemplo, si quieres convertirlo en un ahumador, basta con tapar la chimenea para que el humo se quede dentro y envuelva los alimentos. Ahora, si lo usas como un horno convencional, cierra la puerta y bloquea la salida de oxígeno; al hacerlo, el fuego se transformará en brasas que mantienen un calor constante, perfecto para hornear.

Por otro lado, si lo que buscas es gratinar o darle ese toque de flama a tus pizzas, asegúrate de abrir la puerta para que entre oxígeno. Esto avivará el fuego y generará una llama que realzará el sabor y textura de tus platillos.

 

Cada horno tiene su magia, y aprender a manejarlo te permite explorar nuevas formas de cocinar. Si no sabías estos pequeños secretos, espero que ahora te animes a experimentar un poco más con tu horno de leña.

¡A cocinar y disfrutar!